Sean espacios urbanos y edificaciones, públicos o privados, o monumentos, por ejemplo, la Plaza de S. Francisco, La Merced, y El Mirador de Belalcazar. En ellos, el patrimonio construido representa un valor simbólico que depende de diferentes valoraciones: histórica, social, ambiental, económica, política, y de originalidad; y si se lo demuele su recuerdo queda reducido a solo una placa. Su valor histórico está relacionado con la memoria de una época, recuerdos que se transmite de generación en generación a la sociedad en su conjunto, como igualmente a individuos que se “apropian” de dicho patrimonio, pasando las experiencias y enseñanzas que evoca a ser reutilizables. Como lo son en el caso de Cali la arquitectura y la construcción coloniales en el trópico medio. Su valor...