Se trata de espacios urbanos públicos o de edificios, en las ciudades o en el campo, que se
destacan por su monumentalidad, belleza, historia, tradición, o interés turístico; temas a considerar en
cada caso para identificar los más importantes y valorarlos consecuentemente. Ya sean en memoria de
alguien o de algo; que posean valor artístico, arqueológico u otros; sean de interés para la historia; o
memorables por su mérito excepcional; que en Colombia son bienes de interés cultural inmueble, BIC.
La monumentalidad se asocia al tamaño de ciertos edificios o espacios urbanos públicos y, en
consecuencia, con su relación espacial con su entorno, en muchos casos constituyendo hitos urbanos.
Pero igualmente se puede derivar de su carácter, independientemente de su tamaño, por la importancia
de su emplazamiento, como en los monumentos. Pero en todos los casos su entorno, inmediato como
próximo, es reconocido entonces como su área de influencia, a proteger igualmente.
La belleza demanda sensibilidad a lo estético, conocimientos del tema y experiencias en el
mismo, como las de los viajes. La sensibilidad lleva a la necesidad de conocimiento de lo bello, y su
conocimiento desarrolla la sensibilidad. Es un problema de educación al respecto, considerando que el
gusto se forma a través de la crianza en familia, el entorno cultural, la posterior educación, y la
información pertinente a la que deben poder acceder los habitantes de un lugar de carácter patrimonial.
La historia es la reconocida para cada caso, pero igual las más conocidas leyendas de los
pobladores de cada lugar respecto a los edificios o espacios urbanos públicos de su localidad, que por
lo tanto pasan a ser parte de su historia y significados. Tratándose de patrimonio inmueble, su historia
no solo es la exposición de los acontecimientos pasados y dignos de recuerdo en cada caso, sino igual
la de los recientes acontecimientos significativos que hayan acontecido en dichos escenarios.
La tradición, respecto a los edificios y espacios urbanos públicos considerados de carácter
patrimonial, es lo que los relaciona culturalmente con el pasado de cada comunidad, región o país en
que están, de generación en generación; y lo mismo por su vinculación con otras actividades
tradicionales que en ellos o a su alrededor se realicen hasta el presente. Por eso la importancia de
conservar para el futuro dichas construcciones, tradiciones y usos que las acompañan e identifican.
El interés turístico de ciertos espacios urbanos públicos o edificios, depende de la
importancia, en cada caso, de cada uno de los cuatro temas anteriores, identificando los más
destacados públicamente, y de su divulgación por parte de los promotores turísticos y medios de
comunicación, por su interés como por moda. Pero el punto es que cada vez más el turismo en muchas
partes llega a ser de importancia económica, lo que implica el patrimonio inmueble de muchas partes.
En el Centro de Cali hay que reconsiderar su patrimonio inmueble a partir de valorar cada
caso siguiendo los temas ya dichos, y nuevos bienes de interés cultural, BIC; y pensar en conjuntos no
apenas en monumentos, y en estos proteger su entorno. Por eso en San Antonio hay que proteger todo
el barrio, único de la ciudad con muchas casas de tradición colonial, y su relación con la capilla
mudéjar en lo alto de su colina, y atrás el Parque del Acueducto y el Mirador de Belalcázar a un lado.
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